Si te encuentras en una situación de separación y deseas quedarte con el piso que posees junto con tu expareja bajo un régimen de proindiviso, es fundamental comprender que ambos sois copropietarios del inmueble. Esto significa que cada uno tiene una cuota abstracta del conjunto, sin una parte del piso físicamente asignada. Para resolver esta situación, existen diferentes vías:
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Compra de la parte a una empresa especializada en proindivisos
Existen compañías como nosotros que compran partes indivisas de propiedades por divorcio. Podrías plantearte que una de estas empresas adquiera la parte de tu expareja y, posteriormente, negocies tú con esa empresa la compra de la cuota. Si bien puede resultar algo más costoso, es un camino alternativo si no logras un entendimiento directo con tu expareja.
Acuerdo amistoso (Extinción de condominio)
La solución más simple y económica suele ser llegar a un acuerdo con tu expareja. Este acuerdo implicaría que adquieras su parte del inmueble, de modo que se extinga el proindiviso y te conviertas en el único propietario.
- Valoración previa: Es recomendable contratar a un tasador o profesional inmobiliario para determinar el valor real de la vivienda. Con este dato, podréis negociar un precio justo.
- Financiación: Si necesitas liquidez para compensar a tu expareja, puedes solicitar una ampliación de la hipoteca, una nueva hipoteca, o un préstamo personal. En algunos casos, el banco puede permitir la subrogación o novación del préstamo existente.
- Formalización legal: Una vez acordado el precio, deberéis acudir a un notario para firmar la escritura de extinción de condominio. También habrá que liquidar los impuestos correspondientes (normalmente, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, que en muchos casos es reducido). Tras ello, registrarás la nueva situación en el Registro de la Propiedad.
Compensaciones no económicas
En ocasiones, si no dispones de liquidez inmediata, podrías negociar otros tipos de compensación. Por ejemplo:
- Permuta o cesiones de otros bienes: Si dispones de algún otro activo de valor, podrías ofrecerlo a tu expareja a cambio de su parte del inmueble.
- Aplazamiento de pagos: Podéis pactar un pago fraccionado a lo largo de un periodo acordado por ambas partes. Esto, no obstante, suele requerir una mayor confianza y garantías adicionales.
Acuerdo para venta conjunta a un tercero
Si tu expareja se niega a venderte su parte o no llegáis a un precio razonable, otra opción es acordar la venta del piso a un tercero y, con el importe obtenido, tú intentar recomprar la vivienda. Sin embargo, esta opción es más compleja y podría no asegurar que finalmente te quedes con el inmueble. Además, tardarás más tiempo, y el resultado final dependerá del mercado y del interés de potenciales compradores.
Vía judicial (último recurso)
Si no existe posibilidad de acuerdo amistoso, la ley permite solicitar la división del inmueble. Dado que un piso no se puede partir físicamente, el juez podría ordenar su venta en pública subasta. En este caso:
- Subasta: El inmueble se vende al mejor postor. Como copropietario, puedes participar y pujar para quedarte con el piso, pero deberás competir con otros interesados, lo que podría inflar el precio y generar incertidumbre.
- Tiempo y costes adicionales: Este proceso puede ser largo, costoso (honorarios de abogados, procuradores, posibles tasas) y el resultado puede ser desfavorable si alguien puja más alto que tú.
Asesoramiento profesional integral
Cualquiera que sea la vía elegida, es crucial contar con el apoyo de profesionales:
- Abogado especializado en proindivisos: Podrá asesorarte sobre las implicaciones legales, preparar contratos y representar tus intereses en caso de llegar a juicio.
- Agente inmobiliario o tasador: Te ayudará a determinar el valor real del inmueble, de modo que la negociación tenga una base objetiva.
- Asesor fiscal: Podrá indicarte la fiscalidad aplicable, exenciones, deducciones y el impacto económico de la operación.
Conclusión
Quedarte con el piso tras una separación implica romper el proindiviso mediante la compra de la parte del otro copropietario, o recurrir a otras estrategias más complejas si el acuerdo no es posible. Siempre será más rápido, económico y beneficioso intentar llegar a un entendimiento amistoso. Sin embargo, si esto no se logra, existen otras alternativas, desde recurrir a empresas especializadas hasta instar la vía judicial, asumiendo las dificultades y costes asociados. En cualquier caso, el apoyo de profesionales del sector resultará clave para encontrar la mejor solución.
Jose Antonio Álvarez es un consultor inmobiliario con más de 15 años de experiencia, especializado en la venta rápida de propiedades, resolución de proindivisos y gestión de inmuebles con situaciones complejas. Su profundo conocimiento legal, sumado a su eficacia negociadora, le han convertido en una voz autorizada para asesorar a propietarios que necesitan soluciones inmediatas en el mercado inmobiliario.